Grabando un spot para su firma comercial, Nike, creo. El jugador dominaba el balón subiendo una escalinata. Al llegar arriba, el director del comercial le insistio que pateara la pelota lo más alto que pudiera. El resultado fué que una parte de un vitral se rompiera.
La productora y el cabildo de la iglesia acordaron en 1.2 millones de euros la reparación del daño, uff! a fijarse donde dominan el balón.