Diseñadores Gráficos, construyendo creatividad

Agradezco a Fidel Leonardo Forciniti de Argentina, haberme remitido su artículo para ser publicado en Isopixel.

“Diseñadores Gráficos, construyendo creatividad”

Cuando decimos diseño gráfico ¿conocemos realmente a qué nos estamos refiriendo?. Lo mejor es comenzar por las definiciones de cada palabra. Diseño nos remite a todo aquello que se relaciona con el arte y la creatividad: traza, bosquejo, disposición de tipografía y textos en todo tipo de impresores. Por otra parte, Gráfico se refiere a las descripciones y operaciones representadas con figuras o signos. Sin embargo, el diseño gráfico es más que la suma de estas dos definiciones ya que abarca un proceso. Precisamente es desde este punto de vista que el profesor Jorge Frascara define al diseño gráfico como el proceso de programar, proyectar, coordinar, seleccionar y organizar una serie de factores y elementos con miras a la realización de objetos destinados a producir comunicaciones visuales1.

¿Pero en qué consiste el trabajo del diseñador gráfico? De lo enunciado anteriormente podemos decir que un verdadero diseñador gráfico será aquella persona capaz de: recopilar, orientar y definir un objetivo, dirigir entre varios y diferentes elementos para luego “crear” comunicación gráfica valiéndose del arte y la creatividad. Todas estas acciones construyen el camino para persuadir correctamente sobre un definido receptor por supuesto que ese camino deberá estar sostenido por una efectiva estrategia.

Ahora bien, ¿cómo podemos describir ese proceso en la práctica? Concretamente todas estas consideraciones teóricas se ponen a prueba cuando un comitente real nos encomienda un trabajo ya sea una campaña publicitaria, una imagen corporativa o un diseño editorial. Porque es en ese momento cuando comienza nuestra verdadera aventura para elaborar el diseño.

Como punto inicial, una reunión con el comitente nos servirá para saber cómo son su ideas, cuáles sus necesidades y asesorar acerca del tipo de trabajo que requiere. El siguiente paso es el relevo, que consiste en recoger la mayor información posible y depurarla hasta poder definir la estrategia visual, qué tipo de recurso persuasivo, cuántas y cuáles piezas gráficas se necesitan crear.

El trabajo se va enriqueciendo con el aporte cada vez más creativo : la estética de las piezas gráficas. De estas ¿cuales serán realmente las más representativas del mensaje a comunicar? Hay que tener en cuenta el grupo social al cual pertenece el receptor, qué imágenes consume, cómo vive cotidianamente, cuáles son sus gustos y hábitos, etc. Estas respuestas definirán el estilo y el recurso retórico de las piezas gráficas.

En esta apasionante tarea sabemos que, por más pequeña que sea, cada pieza, siempre tiene un valor funcional y simbólico que no debemos descuidar. Cada decisión es importante dentro de un largo proceso de análisis y creatividad. Así se va templando nuestra paciencia y ejercitamos nuestra capacidad para diseñar.

Sin embargo, más allá de seguir los pasos prolijamente, nuestra creatividad tiene algo de misterioso. Ese plus misterioso excede al talento particular de cada diseñador. Como diseñador gráfico, vivir el proceso del diseño es una experiencia fascinante. Es un verdadero periplo creativo, es sentirme en un mar de ideas donde soplan las musas inspiradoras. Siempre vale la pena aceptar el desafío de la creatividad. No sólo por la aventura de llegar a buen puerto, sino por la incomparable emoción de ver cómo la obra final cobra su propia identidad para luego pertenecer al mundo de las comunicaciones visuales.

1orge Frascara, Diseño Gráfico y comunicación, Ed. Infinito, Buenos Aires, 1996, p. 19.

D.G. Fidel Leonardo Forciniti
( Técnico Superior Industrial en Diseño Gráfico ),
Egresado de la Fundación Gutenberg.
Buenos Aires, Argentina

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