Las votaciones electrónicas tienen de momento, al menos aquí en México, varios escollos que salvar. En primer lugar, no existe un antecedente en el cual apoyarse y romper inercias, ya se sabe resulta difícil.
La principal desventaja que le miran quienes se oponen a este tipo de ejercicios es que este proceso no cumple con los postulados fundamentales del voto universal, directo y secreto. Desconozco las cuestiones técnicas detrás de un proceso de tales características, pero conociendo internet, y si encima le sumamos que te entregan un NIP, pues es difícil no pensar que cualquier persona puede enterarse de tu intención de voto o bien, si lo anulaste. La gente piensa que las autoridades pueden ejercer cierto control por esta vía.
Otro aspecto, tiene que ver con el hecho de que el voto no es directo, sino mediado a través de un sistema. Aquí si no hay mucho que hacer, siempre que hablemos de voto electrónico no se podrá prescindir de los sistemas. Habrá que legislar al respecto para evitar este tipo de suspicacias.
Lo de universal, tampoco aplica, ya que habrá quienes tengan computadora, otros que lo hagan desde casa, el trabajo, un ciber café, etcétera. No existen las mismas condiciones para todos.
La cuestión del voto secreto es la que más debe preocupar a quienes se muestran inconformes con las urnas electrónicas. Ahí si, ni como ayudarles. Es bien sabido que en sistemas informáticos, la privacidad casi no existe. Es el mismo riesgo de hacer alguna transacción por Internet, se debe confiar en quien esta detrás del sistema.
Todo este cuento viene a colación, por la inconformidad de un grupo de académicos de la UNAM en contra de las votaciones electrónicas para elegir a los 100 miembros que integrarán el Claustro Académico para la reforma del Estatuto del Personal Académico (EPA).
Los cambios a los Estatutos del Personal Académico son una cuestión sumamente delicada y quienes resulten electos al Claustro Académico, serán quienes hagan las propuestas y reformas, por lo que esta en juego una cuestión toral que incumbe los intereses de todos los académicos.
En lo personal, desconozco por quien hay que votar. No hay reglas claras al respecto. La ayuda del sitio web es insuficiente y un poco confusa. No me fue posible entrar usando mi RFC. El sistema no indica en ningún lado que es necesario introducir una homo clave ni donde encontrarla. Mi dependencia la DGSCA no se encuentra en el listado principal, sino dentro de Difusión Cultural, ¿que alguien me explique por qué?
Leía hoy en varios diarios de circulación nacional que un grupo de académicos se mostró en desacuerdo frente a la Rectoría y rompió sus NIPs a manera de protesta. En realidad no se que pensar, a mi lo que no me gusta es la desinformación en el proceso. Pero esa viene dada aunque la votación fuese por el método tradicional. De ningún modo me opongo al avance en este tipo de ejercicios, la democracia también debe avanzar.
Quizás y esta es mi opinión muy personal, se debe experimentar antes con procesos menos delicados. Se que no debiera existir tales procesos, cada uno debiera tener la misma importancia del otro. Pero en la reforma al EPA están involucrados cuestiones bastantes delicadas y existen demasiados intereses inmersos.
Pero bueno, es lo que yo pienso. ¿Ustedes que opinan de las votaciones electrónicas?
